Pastel de ruibarbo y fresas
El ruibarbo es parecido en su aspecto al apio pero rojizo. Se utiliza sólo el tallo y es común en el norte de Europa. En España es difícil de encontrar, pero si lo haces pruebalo porque es un sabor muy curioso con cierto grado de acidez. La preparación es muy típica de América, donde lo llaman cobbler o de Inglaterra donde lo llaman crumble. Básicamente son frutas con un crujiente por encima. Si no consigues ruibarbo prueba a hacerlo con manzana ácida. A disfrutar.
INGREDIENTES:
Para el relleno
400 g ruibarbo
400 g fresas
1 naranja
1 nuez de jengibre
1 cda vinagre balsámico
50 g harina
175 g azúcar
1 cta extracto de vainilla
1 pizca de sal
Para el crujiente
175 g harina integral
75 g copos de avena
200 g azúcar moreno
150 g mantequilla
2 cda agua
1 cta extracto de vainilla
1 pizca de sal
ELABORACIÓN:
Precalentar el horno a 180º
Pelamos y cortamos el ruibarbo en trozos de unos dos centímetros. Lavamos y cortamos las fresas en cuatro. En un bol mezclamos muy bien el zumo de la naranja y su ralladura con el jengibre rallado y el resto de los ingredientes. Lo incorporamos a las frutas y ponemos todo bien mezclado en una fuente de horno.
Para hacer el crujiente, mezclamos los ingredientes secos en un bol grande. Incorporamos la mantequilla bien fría cortada en daditos de cómo un centímetro. El aspecto que tiene que tener es el de tierra húmeda. Podemos hacerlo con las manos enfriadas con unos hielos envueltos en un paño para que no se nos deshaga la mantequilla restregando con las palmas. Otra opción es cortar todo repetidamente con dos o tres cuchillos unidos por el mango con celo o finalmente con un robot de cocina dando golpes repetidamente. Cuando empiece a tener aspecto añadimos primero la vainilla y luego una cucharada de agua fría. Si es necesario añadimos la segunda cucharada.
Cubrimos bien la fruta con el crujiente y horneamos 35-40 minutos o hasta que se dore. Servir templado con helado de vainilla.